Kirk Fletcher en Bluescazorla'08. Foto de J. Martín Camacho.

24 feb 2012

SITTIN' ON TOP OF THE WORLD. De estar arriba y abajo.

Para los dos Agustines, cada uno más amante que el otro de los clásicos.

Ya lo gritó a enjambre pleno Cody Jarrett, el gángster más psicótico y edípico -sí, más aún que el Tony Montana de Scarface-, en Al Rojo Vivo (White Heat, Raoul Walsh, 1949): Made it, ma! Top of the world! ("¡Lo logré, mamá! ¡La cima del mundo!"):


... y el mundo le explotó en su misma cara.

A otro gángster, esta vez real, le gustaba tener presente la cima del mundo en su canción favorita, Sittin' on top of the world, Sentado en la cima del mundo, de The Mississippi Sheiks (Okeh, 1930):

It was all the summer, and all the fall
just trying to find my little, all and all,
but now she's gone, I don't worry,
I'm sittin' on top of the world.
Durante todo el verano y todo el otoño
intenté encontrar a mi chica, por todos los medios,
pero ahora ya se ha ido, no me importa,
estoy sentado en la cima del mundo.
It was in the spring, one summer day,
just when she left me, she's gone to stay,
but now she's gone, I don't worry,
I'm sittin' on top of the world.
Durante la primavera, un día de verano,
justo cuando me dejó, se fue para siempre,
pero ahora ya se ha ido, no me importa,
estoy sentado en la cima del mundo.
You may come here running, holding up your hands,
I can't get me a woman, couldn't even get a man,
but now she's gone, I don't worry,
I'm sittin' on top of the world.
Ya puedes venir corriendo, con las manos en alto,
no puedo conseguirme una mujer, ni siquiera un hombre,
pero ya se ha ido, no me importa,
estoy sentado en la cima del mundo.
There have been days, I didn't know your name
why should I worry and pray in vain,
but now she's gone, I don't worry,
I'm sittin' on top of the world.
Han pasado los días, no sabía ni tu nombre,
¿para qué me voy a molestar en rezar si no valdrá para nada?
pero ahora ya se ha ido, no me importa,
estoy sentado en la cima del mundo.
Going to the station down in the yard,
gonna get a freight train, waiting done got hard,
but now she's gone, I don't worry,
I'm sittin' on top of the world.
Bajo a la estación de los mercancías,
voy a pillar el tren de mercancias, la espera se me hace dura,
pero ahora ya se ha ido, no me importa,
estoy sentado en la cima del mundo.
The lonesome day, they have gone by,
why should beg me and say goodbye,
but now she's gone, I don't worry,
I'm sittin' on top of the world.
los días tristes ya han pasado,
¿por qué me suplicaría y me diría adios?
pero ya se ha ido, no me importa,
estoy sentado en la cima del mundo.


Parece que esta cima del mundo tampoco es, como en Al rojo vivo, la cumbre de la alegría. La amarga ironía de la letra está a punto de pegarle otra bofetada en la cara a su protagonista: se ha ido, no le importa, pero su imagen le ronda la cabeza, le hace repetir sus mejores momentos a cada instante... aunque esté en la cima del mundo. Esta versión original, el mayor éxito de The Mississippi Sheiks es quejumbrosa, huele a lamento extenuado, a último abatimiento...
...Justo lo contrario de lo que solían ofrecer sus representaciones: los hijos de Henderson Chatman, violinista famoso tanto entre el público negro como blanco, procaz progenitor de -al menos- once hijos, vio cómo dos de ellos, Lonnie y Bo, transformaron la banda familiar de cuerda que él había creado en 1916 con la introducción del sonido de la guitarra de su primo Walter Vicson. Este trío, primos a su vez de Charlie Patton, fue la base esencial y más duradera de The Mississippi Sheiks, la banda más moderna de la época, principal grupo de Jackson (adonde se marcharon desde su Bolton natal), con un repertorio que desbordaba el blues para anegar el country, jazz o el vals. Todo mezclado en un espectáculo-marmita con bailes, versiones y letras de doble sentido sexual. Antes de que se separaran vivieron cinco años de celebridad entre artistas de la altura de Tommy Johnson o Skip James.

El country más genuino conoció muchas versiones de Sittin' on top of the world. Destacamos la pausada de Doc Watson (Vanguard, 1964), donde uno hasta se pondría de parte de la chica que lo abandona:




Y otra más bluegrass, con unos violines que habrían dejado satisfecho al propio patriarca Chatman, a cargo de Bill Monroe (1958, Decca):




Pero quien sacaría más partido a la canción y a su letra de doble filo fue Howlin' Wolf, cuya admiración por el grupo que la sacó a la luz era más que notoria: "Tenía ritmo su música. Creo que eran los número 1 de esa parte del país. En esos días yo prefería la música de The Mississippi Sheiks a la de Charlie Patton, porque The Mississippi Sheiks tenían un ritmo más rápido. Eran un poco más modernos". Entre lamentos, el Lobo saca el superficial triunfo a la canción. Merece la pena oír las dos versiones principales que realizó. La primera, de finales de 1957 para Chess. Aquí el dolor es impostado, casi recochineo (atención al piano de Hosea Lee Kennard):

One summer day she went away
she gone and left me, she gone to stay,
but now she's gone and I can't worry:
Because I'm sittin' on top of the world.
Un día de verano se largó,
se fue y me dejó, se fue para siempre,
pero ahora ya se ha ido y no me importa:
porque estoy sentado en la cima del mundo.
Worked all the summer, worked all the fall,
had to take Christmas in my overalls,
but now she's gone and I don't worry,
sittin' on top of the world.
Me pasé todo el verano trabajando, todo el otoño trabajando,
tenía que pasarme todas las navidades con el peto de trabajo,
pero ahora ya se ha ido y no me importa:
estoy sentado en la cima del mundo.
Goin' down the freight yard, catch me a freight train,
I'm gonna leave this town, work done got hard,
but now she's gone and I don't worry,
Sittin' on top of the world.
Bajo a la estación de los mercancías, a coger un tren de mercancías,
dejaré este pueblo, se me hace duro el trabajo,
pero ahora ya se ha ido y no me importa:
estoy sentado en la cima del mundo.

La segunda, su versión para la BBC, de 1971, es más acida, me gusta más, casi se nota la extenuación que casi lo arrebata para el otro barrio en los servicios del estudio tras la sesión. Está acompañado a las guitarras por su inseparable Hubert Sumlin' (rítmica) y el jovencito Eric Clapton (principal):


The Grateful Dead, la dotaría de un espíritu burlón, rapidísimo, alegre para su disco de presentación, The Grateful Dead (Warner Bros. 1967):


Lamento, abatimiento, ironía, recochineo, alegría, extenuación, dolor... Nada importa si te sientes como en la cima del mundo... aunque sólo sea para volver a caer.