Kirk Fletcher en Bluescazorla'08. Foto de J. Martín Camacho.

4 oct 2011

I CAN'T QUIT YOU, BABY. De más amor y de amor más.

Demasiadas veces nos hemos preguntado por aquí qué pasaría si tal bluesman no hubiese muerto precozmente, con todo su talento no ya por explotar, sino por desarrollarse, evolucionar, propagarse. Tanto, que el destino, saturado, nos arrea una hostia en toda la cara y nos arrebata del ensoñamiento con la respuesta más pesimista a esta pregunta. Hoy hablamos de un genio deteriorado, desperdiciado tras un comienzo fulgurante: Otis Rush.
Otis Rush Philadelphia, Mississippi 29/IV/1935

Quizá fue su personalidad depresiva, su naturaleza taciturna, su carácter introvertido lo que alimentó su horror a mirar dentro de sí mismo y reconocer el potencial que tenía. Todo dejó de funcionar a finales de los sesenta, sin embargo sus comienzos fueron tradicionales para un futuro bluesman de la "tercera época": amplia experiencia cantando gospel en coros de iglesia, aprender escuchando -e imitando- las grabaciones de Muddy Waters y John Lee Hooker, giro a la derecha y tomar una autopista más moderna, personificada por  B. B. King y llegar a Chicago (con sólo 14 años) y dispuesto a comerse la escena. Y tanto que se la comió. Se alzó como uno de los vértices del triángulo que daría un nuevo sonido a la ciudad, el llamado West Sound, junto a Buddy Guy y Magic Sam. De ellos, Rush era el más tendente al soul, el de la voz más ardiente -o teatral-, con una expresividad en la guitarra y en la interpretación que ¡maldición! lo que reflejaba era su azorado interior.

Pronto fue atraído al sello que más luchaba por grabar ese nuevo sonido duro de la ciudad, Cobra, de la mano nada más y nada menos que de Willie Dixon, que le regaló su primer single (el de ambos) y mayor éxito: I can't quit you baby ("No puedo abandonarte, nena), Cobra (1956). Sus sencillos para el sello entre 1956 y 1958 fue lo mejor de su carrera. Sus largos, a partir de 1969 (incluso Mourning in the morning, Cotillion 1969; incluso Right Place, Wrong Time, Bullfrog, 1976) se me antojan que no estuvieron a la altura de sus directos de los años 60 y sus capacidades de expresión con la guitarra. Es sólo una opinión, pero de ahí no me saca nadie. Y más cuando escucho sus singles cuando me dejan con hambre de más.

Pero, dejémonos de tristezas y quedémonos con una de las declaraciones de amor más realista, más verdadera. El que se tiene por una amante que lo ha destrozado a uno, a la que deja por un tiempo, a la que volverá pasado -poco o mucho- tiempo. Un amor verdadero, tanto o más como el que le espera en su casa. I can't quit you baby. Rindamos pleitesía a Rush viéndole tocarla así en directo:

Well, I can´t quit you, baby, but I got to put you down for a while.
Well, you know, I can't quit you, baby, but I got to put you down for awhile.
Well, you know, you messed up my happy home, baby, made me mistreat my only child.
No puedo abandonarte, nena, pero tengo que dejarte por un tiempo.
¿Sabes? No puedo abandonarte, nena, pero tengo que dejarte por un tiempo.
Lo sabes, te has cargado mi hogar feliz, nena, me hiciste pisotear a mi única niñita.
Yes, you know I love you, baby, my love for you I will never hide.
oh, you know I love you, baby, my love for you I will never hide. 
Yes, you know I love you, baby, well you just my one desire.
Sí, sabes que te quiero, nena, nunca te ocultaré mi amor por ti.
Sí sabes que te quiero, nena, nunca te ocultaré mi amor por ti.
Sí, sabes que te quiero, nena, eres mi único deseo.
Well, I'm so tired I could cry, I could just lay down and die.
Oh, I'm so tired I could cry, I could just lay down and die.
Yes, you know you my only darling, you know you my desire.
Estoy tan cansado que podría llorar, simplemente tumbarme y morir.
oh, estoy tan cansado que podría llorar, simplemente tumbarme y morir.
Sí, sabes que eres mi único amor, sabes que eres mi deseo.
When you hear me moaning and groaning, you know it hurts me deep down inside.
Oh, when you hear me moaning and groaning, you know it hurts me deep down inside.
When you hear me holler, baby, oh, you know your my desire.
Cuando me oigas lamentarme y quejarme, sabré lo profundo que me duele.
Oh, cuando me oigas lamentarme y quejarme, sabrás lo profundo que me duele.
Cuando me oigas gritar, nena, sabrás que eres mi deseo.


Pero al César lo que es del César, y ralentizemos este gospel-blues de medio tempo con la versión de su creador, Willie Dixon, para su imprescindible I am the blues (Columbia, 1970) con un inspiradísimo Sunnyland Slim al piano y Walter Horton con la armónica:


Y por último, la banda que mejor homenajeó el blues, Led Zeppelin, que hizo de I can't quit you baby una de las mejores piezas de su álbum de debut, Led Zeppelin (Atlantic, 1969):


Una declaración de amor. De verdadero amor, de amor verdadero.

2 comentarios:

CARLOS DÍEZ dijo...

Cojonudo, como todo el blog. Muy ilustrativo y con un lenguaje deabuty. Blues Syndicate

Iesus dijo...

Un complemento para Blues Syndicate. Si no te importa, pondré enlaces a tu programa por aquí. Un saludo y muchísimas gracias. Es un honor que le gusten estas palabras a gente entusiasta (¡y entendidas!) del blues.