Kirk Fletcher en Bluescazorla'08. Foto de J. Martín Camacho.

11 abr 2011

STONES IN MY PASSWAY. De un camino oscuro y misterioso.

¡Quitadle la guitarra a ese chaval y echadlo de aquí! ¡No es lugar para él! O, al menos, llevaos vuestros instrumentos cuando salgáis a descansar. Son House ya se lo había dicho mil veces: Robert, a esa guitarra sólo le sacas chirridos, vas a volver loca a la gente; otra cosa es la armónica: sigue soplándola así, de ahí sí sacas música. Y ahora, lárgate; si tus padres te pillan por aquí, te llevarás una buena paliza. Un año después volvió el joven Johnson al local donde seguía haciendo sus sesiones Son House con Willie Brown. Hacía tiempo que no lo veían. Venía con su propia guitarra, pero esta vez la tocó y sí volvió loca a la gente. Se quedaron atónitos con la ligereza, agilidad y destreza de las manos de Robert Johnson.
Una de las dos imágenes que nos ha llegado de Robert Johnson.
(Hazelhurst, Mississippi, 8/V/1911 - Three Forks, Greenwood , Mississippi, 16/VIII/1938)
Ahí comenzó su fama: un joven callado, reservado, continuamente viajando en todo tipo de medios de transporte, pero siempre limpio, melancólico, bebedor. Cada mujer que le acompañaba era su cuarto de hotel: estaba con ellas una noche o varias semanas, pero después las dejaba en su sitio para cualquier otro. Delgado, guapo, seductor con su voz, su guitarra y sus modales. No habla de su familia, no le gusta tocar a la vista de otros guitarristas. Atormentado, existencial, con las manos más bellas que jamás haya visto, dedos largos y delgados, y el oído más fino acompañado de la memoria más detallada.
27 años de vida y 29 temas dieron para muchas leyendas en torno a su persona. La gran mayoría por falsas no menos sugerentes. Y si casi todas las letras de sus canciones tienen una lectura metafórica y otra real, ¿por qué no pensar que con su vida sucede lo mismo? En todo caso, la historia de los investigadores que han seguido su pista es casi tan fascinante como las propias leyendas acerca de su persona.  Sobre todo en dos de ellas:
- La primera habla de su pacto con el diablo para explicar su destreza con la guitarra. La historia es semejante a otros músicos de blues y tradiciones religioso-mágicas afroamericanas: 
Si quieres aprender a tocar lo que sea y a hacer tus propias canciones, coge tu guitarra y vete a un cruce de caminos antes de las doce. Te pones a tocar un tema ahí sentado, solo. Entonces un gran hombre negro llegará caminando y te cogerá la guitarra y la afinará. Después, tocará un tema y te la devolverá. Así es como aprendí a tocar lo que yo quisiera (son palabras del guitarrista Tommy Johnson, pero aplicadas desde siempre al caso de Robert Johnson y su mefistofélico maestro).
- La segunda habla de su muerte a manos de un marido celoso: cuando Robert Johnson volvió una semana más tarde a tocar a Greenwood, el marido de la mujer a la que intentó y logró seducir el sábado anterior le ofreció whiskey para remojarse durante la actuación. Lo bebió y siguió tocando. Una hora más tarde estaba enfermo, pero seguía tocando. La gente llegaba de todas partes y seguían pasándoselo bien. Robert Johnson seguía tocando: Estoy enfermo, todos lo estáis viendo, sigo tocando, pero sigo enfermo. Sigo. Una hora después ya no pudo más. Murió a los pocos días por envenenamiento.

Stones in my passway (19/VI/1937, ARC) es una de las canciones con más claroscuros de Johnson. Están presente su malestar físico y mental. Habla de sí mismo, en un momento álgido de desesperación. Tiene tonos de salmos. Es un buen compendio de su naturaleza y su trabajo. Demasiadas amenazas en  el camino de su alma.


I got stones in my passway, and my road seem dark as night (x2)
I have pains in my hearty, the have taken my appetite.
Hay piedras en mi camino y mi carretera es tan oscura como la noche.
Tengo dolor en el corazón, me ha dejado sin apetito.
I have a bird to whistle, and I have a bird to sing (x2)
I got a woman that I'm loving, boy, but she don't mean a thing.
Tengo un pájaro que silba, y tengo un pájaro que canta.
Tengo una mujer a la que amo, chico, pero no vale nada.
My enemies have betrayed me, have overtaken poor Bob at last (x2)
And there's one thing certainly, the have stones all in my pass.
Mis enemigos me han traicionado, por fin han alcanzado al pobre Bob.
Una cosa hay seguro, han puesto piedras en mi camino.
Now you tryin' to take my life, and all my lovin' too
You laid a passway for me, now what are you trying to do?
I'm cryin', please, please let us be friends
And when you hear me howlin' in my passway, rider, please open your door and let me in.
Intentáis apoderaros de mi vida y de todo mi amor,
me ponéis delante un camino, ¿cuáles son vuestras intenciones?
Estoy llorando, por favor, por favor, seamos amigos,
cuando me oigas aullar en mi camino, jinete, por favor, abre tu puerta y déjame entrar.
I got three lanes to truck home, boys, please don't block my road (x2)
I've been feelin' ashamed 'bout my rider, babe, I'm booked and I got to go.
Tengo tres carriles para llegar a casa, chicos, por favor, no me cortéis la carretera.
Me he avergonzado de mi jinete, nena, estoy comprometido pero tengo que irme.

Rider  ("jinete") designa, por supuesto, a la compañera sexual de manera metafórica.

Aunque muchos otros guitarristas han tocado el tema de Robert Johnson (tanto en grabaciones, como, sobre todo, en directo), prefiero mostraros vídeos de gente -más o menos- anónima intentando emular -si no en técnica, sí en sentimientos- la interpretación de Robert Johnson. No tienen desperdicio:

- Bob Pellegrino y Ronnie Shellist:


- Subido a youtube por deece1981:


- Subido a youtube por edaz92:


Sobre Robert Johnson.
- Searchin' for Robert Johnson. Peter Guralnick.

2 comentarios:

Lewis Romero dijo...

Buen post sobre Robert Johnson en este año de su centenario, amigo Jesús.

Sobre su muerte, que como comentas es una de las leyendas más fascinantes en torno a su persona, y del Blues en general, ha habido muchas historias a lo largo de los años y muchos scouts han intentado arrojar algo de luz sobre el asunto.

En el libro que reseñas, ‘Searching for Robert Johnson’ de P. Guralnick, se recogen muchos testimonios de contemporáneos, Johnny Shines, Robert Jr. Lockwood, Howlin’ Wolf, Son House, entre otros, que aportan su experiencia con Johnson. Para mí, la que más aclara el tema de su muerte y del lugar donde fue enterrado es una entrevista de Pete Welding a David “Honeyboy” Edwards, que a la sazón estaba tocando también por la zona de Greenwood en esos días, y en la que dice (lo traduzco aprox.):

“Fue envenenado a unas tres millas de Greenwood, Mississippi. Estaba tocando para un baile en el campo pero vivía en Greenwood por ese tiempo. Sobre las dos de la madrugada comenzó a sentirse enfermo y tuvieron que traerle a la ciudad. Murió en Greenwood y fue enterrado a las afueras del pueblo, en un lugar llamado Three Forks, no muy lejos de donde estaba tocando”.

Nada se conocía, con certeza, sobre su muerte salvo que fue en 1938, hasta que en 1968 Gayle Dean Wardlow descubrió un certificado de defunción que probaba que había sido en Greenwood y con el que también se pudo estimar la edad a la que murió. Al mismo tiempo, Mack McCormick siguió la pista que daba David “Honeyboy” Edwards en la entrevista, y ambos, por separado, descubrieron los primeros hechos sólidos sobre la muerte de Robert Johnson, para mí el más influyente de todos los bluesmen.

Muy interesante también que pongas la traducción de las letras, pues hay mucha poesía en ellas que incluso algunos buenos aficionados al blues desconocen.

Y aprovecho también para felicitarte por el post sobre Skip James, uno de mis bluesmen favoritos. Normalmente, se habla poco de él.

Saludos

Iesus dijo...

Leo bien tarde tus comentarios a esta entrada, amigo Lewis. Y me alegra que des esos detalles, pues de esto trata "EL BLUES Y LA PALABRA", de un lugar de encuentro alrededor de vidas y letras de blues. Muchísimas gracias por los datos. Y sí, ésa es la versión más sólida. Cuenta, como detalle, Guralnick que le regalaron un trébol de la zona de Three Forks y que lo guarda como uno de sus mayores tesoros.

Soy amante de la literatura y, como bien sabes, en el blues la hay en muchos quilates.

Salud.